Mujeres de labios rojos

Que simbolice algo, que sea un mensaje, un chute de energía, que tenga un significado. Con eso en la cabeza, como quien repite mentalmente la lista de la compra, salí a la calle a buscar un regalo de cumple para una gran amiga. Todas las que participábamos en él estábamos de acuerdo en que nos apetecía acompañarla en su cambio de cifra con algo que le hiciera sentirse fuerte y animada. Creo que la crisis de los treinta nos rondaba un poco a todas…

El caso es que de repente me vi en Mac, pidiéndole emocionada a la dependienta el pintalabios rojo más rojo de todos los de la tienda y, por supuesto, el que más tiempo durara en los morros.

Ahí iba yo tan contenta con mi idea genial y mi bolsita negra de cartón con el pintalabios mágico, cuando se me coló en la cabeza un pensamiento que me incomodó y me ha incomodado desde entonces como una china en el zapato. ¿No estaré proyectando?, ¿y si a ella lo de los labios rojos le da igual y esto le parece una chorrada? Y, lo que de verdad me molestó: ¿No es un poco vergonzoso que yo tenga que tirar de algo tan frívolo como un pintalabios para sentirme fuerte?, ¿que relacione sentirme bien con estar guapa o con algo puramente estético? ¿No es eso un poco triste?, ¿machista?, ¿es que no puedo sentirme fuerte y guapa con mi cara y punto?

Imagino que muchas nos hemos preguntado cosas parecidas muchas veces, y esa, claro, no era la primera vez que yo lo hacía, pero, por alguna razón, el día del pintalabios, hace ya dos años, se me quedó grabado y me vuelve a la cabeza con bastante frecuencia. También últimamente que está tan de moda la tendencia al no maquillaje o que un día sí y otro también se cuestiona el grado de feminismo de alguna actriz o cantante por tal o cual posado con más o menos teta fuera.

Volví a acordarme de ello hace no mucho, al leer un interesante artículo de la actriz y directora Leticia Dolera. En este caso no hablaba del pintalabios rojo, sino de la alfombra roja -de los Goya-, en la que, con toda la contradicción que eso puede significar para una feminista, las mujeres tienen un protagonismo por su físico que desde luego no va parejo al que de hecho se les concede en la pantalla por su talento.

No eres tú, son ellas

Más allá de los artículos, las galas de premios y los post de Facebook, estos días he tenido algún hueco para lo que pasa fuera de la pantalla y de mi casa, y he hecho cosas como acercarme a Sol a apoyar a las mujeres en huelga de hambre o ir a varios eventos familiares. Y precisamente en uno de ellos, en un concierto, me dejé el otro día la china del zapato. O lo que es lo mismo: me di cuenta de algo importante para mí y me quité un incordio de encima.

Resulta que en mi familia, a las mujeres, las de carne y hueso y hasta a las de los cuadros -como el que ilustra este post y en el que está la que más quiero de todas, con permiso- les quedan muy bien los labios rojos. Que a muchas de ellas les gusta llevarlos así, y que a mí, desde donde recuerdo, siempre me han llamado la atención al llegar a alguna reunión en la que coincidiera con una o varias de ellas y su elegancia.

Resulta también que las mujeres de mi familia son guapas, pero de muchas más maneras que la evidente. Y que son generosas. Y sinceras. Y valientes. E imperfectas, claro.  Y que -¡cómo no me había dado cuenta!- cada vez que me pinto los labios de rojo, me acuerdo de ellas, siento que soy una de ellas. Y me siento más fuerte. Y me pongo orgullosa.

Así que, igual resulta que lo mágico no es el pintalabios, sino ellas. Que no es él lo que me empodera sino todas ellas una a una con o sin los labios pintados. Igual el carmín es solo eso, lo que decía al principio: un símbolo, algo con un significado concreto para alguien. Un regalo de una amiga a la que le va un color de labios que a mí ni fu ni fa, pero a la que quiero mucho,varias generaciones de mujeres dando saltos a la vez en un concierto, o un cuadro en la pared que es un recuerdo y el presente mismo.

Paro de juzgarme entonces,que para eso nunca faltan voluntarios. Dejo de pensar; pero antes, ya que estoy, dejo también a mano mi barra de labios, porque mañana, a las 19:00, tengo una manifestación. Y pienso pintarme los labios de rojo como en mis fiestas. Como en la guerra. No sé aún con quién iré, pero sé seguro que iré con todas ellas. Con todas mis amigas y con todas las mujeres de mi familia. Las que están, las que estuvieron antes y las que estarán.

Porque nos queremos vivas.

Porque, disculpen las molestias, nos están asesinando. 

Porque si tocan a una nos tocan a todas.

Paro Internacional de Mujeres

*Pensaba publicar este post mañana, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pero mañana, con o sin respaldo, hay también un Paro Internacional de Mujeres y, aunque sea de manera virtual y modesta, decorazontripas se suma. Y para.

(Foto: cuadro del artista Marc Boss, cartel parodemujeres.com)

2 comentarios sobre “Mujeres de labios rojos

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