Guardar la nieve

La primera vez que vi la nieve la metí en un tupper. No toda, claro, pero sí la suficiente como para alargar el tiempo y seguir jugando con esa mínima nevada lo poco que aguantó en el congelador de casa. Recuerdo las manos frías y me veo sentada en el suelo de la cocina con el... Leer más →

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